En la comunidad de fe tiene cabida todo el mundo y se dan distintos niveles de adhesión y no todo el mundo demanda lo mismo. Esto puede hacer que, en nuestra oferta, establezcamos un nivel único de profundidad que se ajuste al mínimo, resultando muy pobre a los que quieren algo más.

El caso es que entre nuestros jóvenes, tenemos buscadores que demandan más y hay que darles respuesta y aprovechar su empuje como testimonio e inspiración para otros. Para eso, debemos contar con ellos y con ese espíritu que les mueve y ofrecerles más profundidad, en lugar de aprovechar sus energías para nuestros fines y darles lo mismo que a todos hasta que se harten y nos dejen.

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