La comunicación sigue siendo la asignatura pendiente. Confundimos comunicar con jugar con las redes sociales o con anunciar cosas para vender productos. Sin embargo, luego, nos quejamos de que la gente no se entera de las cosas que organizo y, al mismo tiempo, me creo que yo soy el único que hace algo, porque no conozco lo de los demás.

Contar con una agenda pública clara, en un lugar Madeleine o comunidad de fe, es imprescindible. Y, una cartelera llena de papeles, en el siglo XXI, no vale para nada.

Falta conciencia de lo que se está haciendo y una forma única, rápida y clara de poder llegar a esa información y compartirla. Esto nos haría sentirnos parte de todo lo que ocurre en la comunidad de fe y nos permitiría poder contarlo y ofrecerlo a otros, aunque no participemos de algunas cosas. 

Junto con ese espacio virtual donde poder consultar toda la vida de la comunidad, es necesario también tener un buen plan de comunicación, coherente y que no sature a la gente. Donde la prioridad no sea que se vea más lo mío frente a lo de los demás, sino que cada miembro de la comunidad tenga conocimiento de aquello que quiere conocer y le interesa.

Para sacar más ideas, veamos cómo tratan el tema de la comunicación en las parroquias, observando algunas de las ideas recogidas en el documento “57 buenas prácticas en parroquias” elaborado en 2023 tras el estudio de 200 parroquias.

7.a La visión de la parroquia se comunica en: homilías, RRSS y web, cartelería, murales, dípticos o roll-up en un lugar visible de la parroquia: fachada, altar o sacristía, hoja parroquial, asambleas parroquiales, persona a persona y actividades experienciales para su puesta en práctica: convivencias parroquiales, retiros espirituales,… 

47. Hay una estrategia de comunicación digital para transmitir la visión y las actividades pastorales. 

48. Se conoce el potencial evangelizador y transformador de las nuevas tecnologías. Por ello se implementan programas informáticos que ayudan en el funcionamiento pastoral, se implementan recursos didácticos tecnológicos en los grupos pequeños o células, y los líderes y responsables de grupos adquieren competencias en uso de TIC.

Para comunicar bien, primero hay que tener claro qué es lo que queremos comunicar. La visión, la misión y los valores, con un discurso claro y común. Esto en el caso de la comunidad de fe es especialmente importante por la novedad del concepto que manejamos de lugar Madeleine. Por eso, hay que definir y manifestar claramente la constitución de la comunidad de fe local con el modelo correcto, dejando atrás el modelo de asamblea parroquial u otras ideas de las que partimos. A la gente le cuesta entender lo que no ha visto nunca, porque trata de pasarlo por los recuerdos de cosas que ya ha vivido, por eso, trabajar bien la comunicación, nos ayudará a cambiar el concepto, cuidando el discurso y la forma de transmitirlo.

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