El acompañamiento ha de darse no sólo durante la actividad especial. Acabada esta, los jóvenes deberían poder contar con acompañantes que sigan su proceso de integración o progreso dentro de una comunidad local. 

Lo ideal sería que alguna de las personas que acompañó la actividad pueda seguir acompañando a la vuelta, bien sea en persona o en la distancia con los distintos medios de comunicación al alcance. 

De no ser posible, sería bueno contar con acompañantes locales que puedan cubrir este papel aunque no hayan participado en la actividad.

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