Cuando las comunidades o grupos no tienen bien asentada su identidad, encuentran una amenaza en la pertenencia a una comunidad más amplia como pueda ser la comunidad de fe o Madeleine. Sienten que se diluyen y que les come “su terreno”. Por eso es bueno que, especialmente las ramas de la familia marianista, tengamos clara nuestra identidad para poder aportar a la comunidad de fe Madeleine toda nuestra riqueza y el carisma marianista.
La comunidad de fe o Madeleine, por su parte, puede funcionar como elemento estructural de las 4 dimensiones de la vida cristiana: Koinonia o comunidad, Leiturgia o celebración, Diakonia o servicio y Martiria o anuncio. Pero que sea un elemento estructural aglutinante no significa que haya de crear nuevas dinámicas sustituyendo a las ramas y otras comunidades en esta tarea. En lugar de eso, cohesiona lo que estos ya realizan para crear un espacio de encuentro y comunión completo y coherente. Si Madeleine se convierte en un ente que crea iniciativas, entonces será un nuevo grupo y ahora sí, en competencia con las comunidades existentes y dejará de tener sentido.

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