La comunidad Madeleine ha de estar perfectamente integrada en la Iglesia local y universal y buscar siempre la comunión y la colaboración. Así es en nuestro carisma desde los orígenes. Y, a modo de intuiciones prácticas, recojo algunas de las sugerencias del documento “57 Buenas prácticas en parroquias” que es un análisis que implicó dos años de investigación y contacto con más de 200 comunidades parroquiales de España. El estudio reporta experiencias de éxito que pueden iluminar o inspirar a otras parroquias. Dicho estudio se realizó en colaboración con la Fundación SM y se presentó el curso 22-23 en Valencia. Donde habla de comunidad parroquial nosotros podemos leer comunidad Madeleine para adaptarlo a los términos que estamos manejando:
38. La pertenencia a la comunidad parroquial no ha impedido a algunos miembros ofrecer su disponibilidad para una misión, animando o liderando otros grupos en otra parroquia, zona pastoral o arciprestazgo.
50. La parroquia funciona en comunión y trabajo conjunto entre los diferentes carismas, movimientos y asociaciones que forman parte de la parroquia.
51. Los diferentes carismas, movimientos y asociaciones comparten la visión y viven insertados en los procesos pastorales, servicios y ministerios de la parroquia.
56. La parroquia participa y trabaja en común con otras parroquias del arciprestazgo aportando desde su visión, identidad y cultura. (ECTI. X-p43)
57. La parroquia participa en las actividades organizadas desde la diócesis aportando desde su visión, identidad y cultura, y buscando la comunión.

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