Oración para ser madres que se dejan acoger por los jóvenes

En el siguiente audio tienes la oración completa para hacerla personalmente. A continuación tienes todo el texto por si prefieres seguirlo escrito.

En este momento de oración, podemos fijar los ojos en nuestros jóvenes amados a los que sentimos perdidos como pudo sentir Jesús al mirar al discípulo amado al pie de su cruz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Escuchamos a Lucas

Vinieron a él su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él. Entonces le avisaron: «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte». Él respondió diciéndoles: «Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

Lucas 8:19-21

Estamos llamados a ser la familia de Jesús en torno a María, la primera que escucha la palabra y la cumple cuando dice: “he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”. La que nos dice a su vez en medio de la desesperanza, “haced lo que él os diga”.
Nosotros, acompañantes, al estilo de María, debemos dejarnos acoger y ser para ellos madres que no les dejan huérfanos en medio de la vida que comienzan a explorar.

El mayor regalo que podemos dar a los jóvenes en medio del sufrimiento y la desesperanza, es que conozcan, acojan y sirvan a María. Ella y no nosotros, como decía Chaminade, vencerá al mal de este mundo.

Canción «Ahí tienes a tu madre»

Si se acaba el vino en tu vida hoy
Ahí tienes a tu madre
Si solo hay tinajas, pero no hay amor
Ahí tienes a tu madre
Si estás buscando acercarte a Dios
Ahí tienes a tu madre

Si no sabes cómo hacer una oración
Ahí tienes a tu madre
Si la cruz te pesa para caminar
Ahí tienes a tu madre
Si no hay pentecostés en tu corazón
Ahí tienes a tu madre

Si estás viviendo fuerte la hora del dolor
Ahí tienes a tu madre
Si estás padeciendo alguna enfermedad
Ahí tienes a tu madre
Si te encuentras sumido en desesperación
Ahí tienes a tu madre

Glenda

Espíritu Santo, alcánzanos la gracia de ser madres para nuestros jóvenes, a imagen de la verdadera Madre que les haga vivir como hijos amados del Padre y no como huérfanos de la vida.

Termina rezando con la oración de las tres: 

Señor Jesús,
Aquí nos tienes reunidos al pie de la Cruz,
con tu Madre y el discípulo que Tú amabas.

Te pedimos perdón por nuestros pecados,
que son la causa de tu muerte.

Te damos gracias por haber pensado en nosotros
en aquella hora de salvación
y habernos dado a María por Madre.

Virgen Santa,
acógenos bajo tu protección
y haznos dóciles a la acción del Espíritu Santo.

San Juan,
alcánzanos la gracia de acoger,
como tú, a María en nuestra vida
y de asistirla en su misión.

Amén