En la comunidad de fe, se debería escuchar la voz de los laicos en la predicación y en formaciones, como en tiempos de Chaminade, sin embargo, existe el riesgo de poner más atención al éxito del mensaje que al fundamento del mismo, que ha de ser siempre la Palabra de Dios.

Observando la predicación de pastores evangélicos contemporáneos que podrían ser el ejemplo más cercano a la predicación de los laicos marianistas, podemos percibir que el mensaje es bueno e inspirado, cuando este parte de la Biblia. Así ha de ser todo lo que comuniquemos, recordando que no nos anunciamos a nosotros mismos, sino a Jesús resucitado.

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