La inmediatez hace que demos más importancia a la ejecución de muchas actividades y poca o ninguna a su preparación de manera que hacemos muchas cosas pero no siempre podemos decir que las hagamos bien. 

Hace falta estructura y planificación, un programa que seguir, unos contenidos, un objetivo y que todo eso esté bien preparado y bien acabado. Todos sabemos distinguir cuando las cosas están bien hechas y los resultados siempre son mejores si hemos dedicado más tiempo a la preparación.

Pero para preparar mejor las cosas, con el tiempo que tenemos, hemos de asumir que tendremos que abandonar muchas de las propuestas que lanzamos año tras año. 

Por otro lado, si vamos dejando las cosas bien preparadas y documentadas, no será necesario repetir el trabajo año tras año y, el esfuerzo de preparación hecho un año, podrá valer para repetir dicha actividad y poder dedicarnos a preparar otra o a mejorar la primera, logrando un crecimiento mayor en calidad y hondura de lo que hacemos.

Comentarios

Deja una respuesta