La constitución de un lugar Madeleine o comunidad de fe es compleja porque es algo que nadie hemos conocido y que es distinto a lo que hemos hecho hasta ahora. Además, no basta con tratar de reproducir literalmente lo que ocurrió en 1800 pues las circunstancias y el contexto son diferentes. Por eso, es importante no dar nada por supuesto y hacer una buena preparación del proceso y sus fases en diálogo con la realidad local y con el resto de la Familia Marianista.
Es fundamental no tomar atajos y no llamar comunidad de fe o Madeleine a lo que no es, de lo contrario, no podremos llegar a lo que sí es. Por eso es importante cuidar mucho la preparación y dedicarle el tiempo necesario a los procesos.
Si el proceso es claro y visible, ayudará a identificar correctamente el punto en el que se encuentra la comunidad y cuál es su siguiente objetivo de crecimiento. Esta claridad y visibilización ayuda también a poder entrar en diálogo con los lugares Madeleine de otras ciudades para crecer juntos, cada uno desde el punto en el que se encuentre, hasta poder hablar de comunidad de fe consolidada.

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