Hoy en día, la Iglesia sigue teniendo un tinte bastante clerical dando un gran protagonismo a los sacerdotes anulando el papel del laico dentro de la Iglesia, haciendo que perdamos el potencial del laico que nos permitiría llegar a ambientes a los que no tenemos acceso. Para Chaminade, esa no ha sido nunca la opción adecuada. Así nos lo cuenta Ignacio Otaño:

“Las situaciones que el P. Chaminade vivirá durante la Revolución francesa tendrán una influencia importante en su idea de una misión con un exterior más secular y menos clerical, para poder así estar presente también en ambientes y circunstancias adversos.”

En la vida es necesario posibilitar y desarrollar el sentimiento de pertenencia. Definir cuál es el grupo básico al que deseamos referir nuestro sentido de pertenencia. En la congregación, en la provincia, en la comunidad, en mi persona… Pertenecer es recibir. Uno se siente a gusto cuando ese sitio le aporta algo, siente que ha recibido algún regalo de esa comunidad ¿qué me da, qué recibo? Pertenecer es sentirse aceptado. Sentir que se espera algo de mí, que de alguna manera tengo un cierto protagonismo, pero no ser el centro. ¿Qué puedo dar? Me influye en la manera de estar, en el modo de proceder, en valoraciones, en creencias ¿Se me nota? Pertenecer es identificarse con personajes centrales del grupo. Tener referentes en el corazón ¿A quién sigo? Pertenecer es dar más importancia a esta pertenencia que a otras. Pertenecemos a muchos grupos, círculos y comunidades, pero hay uno que es el central ¿Qué grupo es el más mío? Pertenecer es sentirse cambiado por el grupo. Cambia mi forma de ser, carácter, limitaciones, actitudes… ¿Cómo me cambia?

Tenemos que ayudar a nuestros mayores a encontrar nuevas formas de contribuir a la misión y a la comunidad, formas de desarrollar su vocación respondiendo a la llamada que siguen recibiendo en esta etapa de la vida y buscar aquello provechoso que pueden empezar cada uno, como dice Chaminade a Lamourouse:

«Ánimo, el tiempo y los años pasan; sigamos adelante, querida Teresa, continuemos nuestra carrera, usted y yo tenemos aproximadamente la misma edad, nuestros cuerpos se desgastan y todavía no hemos hecho nada. Se trata de empezar algo provechoso y de hacer algo para gloria de Jesucristo, nuestro buen Maestro. Piense en eso y yo también pensaré en ello». (p33)

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