Identidad

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Con el paso de los años, las facciones de una cara se suavizan, se llenan de arrugas y cicatrices y la expresión viva y alegre de la juventud se puede transformar en algo más mortecino. Sin embargo, en la ancianidad, una persona puede conservar toda la fuerza y viveza de su identidad en la mirada, en la sonrisa y en la forma de ser, sin necesidad de hacerse cirugía alguna. Saquemos de dentro nuestra identidad carismática más bella.

  • Identidad – VR [3]

    Identidad – VR [3]

    En nuestras comunidades religiosas, debemos evolucionar hacia ser motores de la comunidad de fe Madeleine, trascendiendo la mentalidad de una comunidad centrada en sí misma. Esto implica devolver el protagonismo carismático a los laicos, quienes también son portadores del carisma y deben participar activamente en la toma de decisiones, especialmente en áreas como la pastoral… Ver contenido

  • Identidad – Madeleine [2]

    Identidad – Madeleine [2]

    Es fundamental que las ramas de la Familia Marianista tengan una identidad clara para contribuir significativamente a la comunidad de fe Madeleine sin sentir amenazada su existencia. Madeleine debe ser un elemento unificador en las dimensiones de la vida cristiana, no sustituir las dinámicas de las ramas, sino cohesionarlas para promover un espacio de encuentro… Ver contenido

  • Identidad – Familia [1]

    Identidad – Familia [1]

    En la identidad de la Familia Marianista, cada rama surgió con un propósito dentro de la misión común de revitalizar el cristianismo en Francia. Es crucial recuperar y redefinir el papel de cada rama hoy para volver a nuestra identidad original. Según Lalanne, Chaminade creía que la restauración del cristianismo en Francia dependía de la… Ver contenido

  • Identidad – CLM [1]

    Identidad – CLM [1]

    Las comunidades laicas marianistas, desde sus inicios, responden a las necesidades del mundo, en contraste con la percepción de ser meramente mano de obra para los religiosos. Esta distorsión, señalada por Ignacio Otaño, refleja una tendencia clericalista. La visión original de Chaminade incluía parroquias marianistas como centros de diversas obras coordinadas en una misión integral. Ver contenido

  • En nuestras comunidades religiosas tenemos que hacer un viaje y pasar de ser “comunidad abierta” para que vengan a verme, a comunidad motora de la comunidad de fe, trasladando el centro de todo desde la comunidad religiosa, hasta la comunidad de fe Madeleine. Es un recorrido complicado, pero en el que podemos reencontrarnos con nuestra verdadera identidad como religiosos, haciendo que nuestra comunidad de fe, de vida y de misión estén más relacionadas con la comunidad Madeleine y no centradas en nosotros mismos dejando a la comunidad Madelein como un conjunto de actividades a las que va quien tenga amigos entre los participantes.

    En este viaje hacia la humildad, debemos devolver a los laicos el protagonismo que tienen en el carisma. No estamos delegando la transmisión del carisma en los laicos porque somos pocos, estamos transmitiendo y custodiando juntos el carisma porque lo recibimos como Familia. El carisma es como un Belén en el que hay muchos personajes, los laicos también forman parte del Belén y también tienen derecho a adorar y decir “esto también es nuestro” y “también nos lo ha dado Dios y no los religiosos”. De esta manera, podrán adquirir un protagonismo carismático.

    Los laicos, donde funcionan, necesitan también un espacio para tomar sus decisiones sobre los jóvenes y sobre muchas otras áreas. Por eso hay que estar en diálogo y ver cómo coordinarnos en cosas donde concurrimos como es el caso de la pastoral juvenil.

  • Cuando las comunidades o grupos no tienen bien asentada su identidad, encuentran una amenaza en la pertenencia a una comunidad más amplia como pueda ser la comunidad de fe o Madeleine. Sienten que se diluyen y que les come “su terreno”. Por eso es bueno que, especialmente las ramas de la familia marianista, tengamos clara nuestra identidad para poder aportar a la comunidad de fe Madeleine toda nuestra riqueza y el carisma marianista.

    La comunidad de fe o Madeleine, por su parte, puede funcionar como elemento estructural de las 4 dimensiones de la vida cristiana: Koinonia o comunidad, Leiturgia o celebración, Diakonia o servicio y Martiria o anuncio. Pero que sea un elemento estructural aglutinante no significa que haya de crear nuevas dinámicas sustituyendo a las ramas y otras comunidades en esta tarea. En lugar de eso, cohesiona lo que estos ya realizan para crear un espacio de encuentro y comunión completo y coherente. Si Madeleine se convierte en un ente que crea iniciativas, entonces será un nuevo grupo y ahora sí, en competencia con las comunidades existentes y dejará de tener sentido.

  • En nuestra identidad como Familia Marianista, cada rama nació con una función dentro de la misión común de restablecer el cristianismo en Francia. Debemos recuperar y recrear el papel de cada rama hoy en la Familia Marianista para volver a nuestra identidad original. Esto nos cuenta Ignacio Otaño sobre las intuiciones de Chaminade según la visión de Lalanne:

    Según Lalanne, el P. Chaminade «estaba profundamente persuadido de que el cristianismo no se podría restablecer en Francia más que por la restauración de las Ordenes religiosas». […] «su concepción de la vida religiosa en los tiempos modernos era un poco diferente de la de los otros fundadores». […] sabía que debía hacer algunas acomodaciones para no encontrar obstáculos insuperables. (Pág 60)

  • Hablando de identidad, las comunidades laicas marianistas son las que, desde su origen, detectan y responden a las necesidades del mundo. No como la mano de obra de los religiosos. Esto es una deformación en la que hemos ido cayendo, fruto del clericalismo de nuestra sociedad. Así nos recuerda Ignacio Otaño cómo era la relación entre las Congregaciones y la Compañía de María:

    La Compañía de María tiene una necesidad fundamental de misioneros. […] En Besançon el P. Chaminade concibe un proyecto ambicioso, en el que una parroquia marianista sea el aglutinante de diversas obras en una misión bien coordinada. […] En todos los lugares a los que Chaminade envía marianistas, casi siempre las congregaciones aparecen como una de las actividades de la comunidad o de algunos miembros de la misma. A veces incluso, como sucedió con la primera escuela gratuita fundada en Agen, son los congregantes de un lugar los que detectan una necesidad o un posible campo de misión y piden la presencia de una comunidad marianista, con la que después colaboran estrechamente. (Pág. 82)

Guía de estilo Marianista