En tiempo de los primeros congregantes, las agrupaciones cristianas se juntaban para llevar a cabo actos de piedad, sin embargo, Chaminade ve importante priorizar la formación. En la actualidad, aunque el déficit de oración es muy grande y no hay que descuidarlo, vemos también una carencia formativa básica en tema religioso y en el conocimiento de uno mismo que se podría abordar en la etapa de iniciación.
“Respecto a las antiguas congregaciones, aunque se dé importancia a los actos de piedad, un rasgo diferenciador es la sustitución de algunas de esas prácticas por la Instrucción”. (p50)
Siguiendo con el tema del crecimiento personal, vemos que la salud mental está muy deteriorada, especialmente entre los jóvenes. Este problema se refuerza con el individualismo, mientras que el apoyo de una comunidad sana en la que vivir un entorno seguro, es el contexto ideal para sanar al herido. Cuidar estos temas en la iniciación, no sólo fortalecerá los lazos de la comunidad, sino que, además, sería una aportación muy valiosa a los jóvenes que asisten cada vez más a terapia psicológica, individual o grupal.

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