La belleza, en concreto en la música, es una herramienta ideal para remover a los jóvenes y a los mayores. Lo ha sido siempre pero parece que grupos como Hakuna nos lo han tenido que recordar.
En Estados Unidos, con iglesias evangélicas como Hillsong Church y otras, ya lo podíamos estar viendo hace tiempo. A mi juicio, Hakuna es la adaptación de este modelo al catolicismo. Ambos grupos han sabido usar la música contemporánea que remueve el corazón y genera una comunión especial para movilizar a los cristianos, partiendo de conciertos y oraciones donde el hilo conductor es la música en clave de alabanza y adoración.
Hoy en día, a través de las plataformas de audio, los móviles se convierten en capillas portátiles que permiten al joven contactar con Dios en cualquier parte y momento que lo necesite.
Conocer esta música y emplearla en el momento adecuado en nuestras actividades de impacto, tendrá un efecto multiplicador en el mensaje que les queremos transmitir.
Por otro lado, son cada vez más los grupos que están lanzándose a componer nuevas canciones para seguir esta estela y, también dentro de la Familia Marianista, hay ya gente poniéndose en la presencia de Dios para componer una música actual que refleje nuestro carisma, porque las formas cuentan y los jóvenes, como los mayores, sabemos distinguir lo bello de lo feo y Dios se manifiesta en la belleza.

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