A nuestros monitores debemos exigirles un compromiso constante. Libertad y responsabilidad no pueden ir separadas y cuando el monitor adquiere el compromiso de una tarea ha de responder con responsabilidad. No puede ser que cada semana los chicos tengan unos monitores diferentes.
Esto lo vemos cada vez más en el profesorado, en este caso no por falta de compromiso, si no por exceso de frentes: reuniones, actividades especiales, formaciones… que hacen que al profesor haya que estar continuamente sustituyéndolo y los alumnos se acostumbren a no tener figuras de referencia y a no darle importancia cuando pasan a ser monitores.

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