El modelo de hacer creer al joven que es él quien toma las decisiones está bien para empezar a educar en la corresponsabilidad y que coja confianza, pero pronto ha de evolucionar a una corresponsabilidad real donde el joven se sienta realmente reconocido como un igual a la hora de opinar y tomar decisiones que transformen la comunidad, si no tarde o temprano verá que le están utilizando y manipulando para construir el proyecto de otros.
Es importante no sobreproteger a los jóvenes con el pretexto de que no se asusten. Al fin y al cabo, si les sobreprotegemos es porque no confiamos en su madurez, no les estamos tratando como adultos si no como niños que dependen de nosotros y por tanto no se pueden integrar como miembros en igualdad de condiciones.

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