Formas

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Es esencial cuidar los detalles, la estética, la música. Todo elegido con sentido profundo y acorde con la cultura actual. Los cantos han de ser en directo y compartidos por toda la comunidad. Mientras no hagamos esto, tendremos pendiente un gran campo de mejora.

  • Formas – Familia [1]

    Formas – Familia [1]

    En la preparación de la oración, es esencial cuidar la estructura, los contenidos y la música. Idealmente, contar con música en vivo facilita la participación, pero debemos asegurar coherencia entre canciones y tema. Además, los recursos tecnológicos o en papel deben ser prácticos y respetar la centralidad en Dios. Ver contenido

  • Formas – Madeleine [1]

    Formas – Madeleine [1]

    En una Eucaristía exitosa, un buen coro, un sacerdote acogedor y un ambiente comunitario son clave. Debemos valorar estos elementos y asegurarnos de su calidad para fortalecer el encuentro de la comunidad en la celebración. Ver contenido

  • Formas – Impacto [1]

    Formas – Impacto [1]

    La belleza de la música, como en Hakuna y Hillsong, moviliza corazones y comunica la fe. Con la tecnología, los jóvenes llevan capillas portátiles en sus móviles. Integrar esta música en nuestras actividades fortalece el mensaje. La composición de nuevas canciones en la Familia Marianista refleja este impulso. Ver contenido

  • A la hora de preparar una oración, es sorprendente que, gente ya mayor, religiosos o laicos y con un recorrido de fe prolongado, sigan sin hacer oraciones con una estructura bien cuidada, con unos contenidos elegidos coherentemente con la Palabra y la música apropiada. 

    El ideal en cualquier oración o celebración es poder contar con música en directo, puesto que ayuda más a que todo el mundo cante, y permite controlar mejor los tiempos y los ritmos de la oración. Sin embargo, son pocos los que se manejen bien con los instrumentos y con el canto y, muchas veces, condicionamos las canciones a las capacidades del coro dando como resultado un repertorio aleatorio de canciones que son las que se saben o les apetece cantar, aunque no tengan nada que ver con la oración prevista. 

    Debemos cuidar las formas en estos dos aspectos: procurando tener un coro que cante en directo y garantizando que las canciones y demás contenidos sean coherentes con el tema de la oración y el público. 

    Hablando de las formas en las oraciones, conviene mencionar los recursos tanto tecnológicos como los soportes en papel que han de reflejar la belleza y ser prácticos, es decir: cumplir con su función de ayudar a rezar y estar bien preparados y controlados por quien lleve la oración. Jesús no enseñó a rezar con un PowerPoint ni con una hojita, el foco de atención ha de estar, con diferencia, en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y lo demás no ha de captar nuestra atención.

  • En una eucaristía, cuando las cosas funcionan, la gente está a gusto y quiere volver, percibimos que hay una serie de ingredientes comunes que se repiten y que son obvios: Hay un buen coro, fiel cada domingo, con un repertorio propio de canciones que van actualizando y que va siendo conocido por la comunidad; Hay un buen cura y es que, aunque sea políticamente incorrecto, el hecho de ser cura no implica ser una persona que transmita la Buena Noticia adecuadamente, o por el lenguaje, o por el tono, o por la mentalidad, o por la lucidez, o por la capacidad de adaptarse a la comunidad que asiste a la Eucaristía; Por último, hay un buen ambiente, antes, durante y después de la celebración, es decir que hay una comunidad que se alegra de encontrarse cada domingo y echa de menos este encuentro si, por lo que sea, no se produce. 

    Debemos dar importancia a estos tres aspectos y cuidar la forma en que los llevamos a cabo poniendo los medios necesarios para cambiar todo aquello que esté impidiendo que la Eucaristía sea el lugar de encuentro de la comunidad. La culpa no es de la falta de compromiso en los fieles que no asisten. Es, más bien, de la falta de fidelidad de los que asisten asiduamente, que no ponen atención a las formas en cada uno de estos aspectos.

  • La belleza, en concreto en la música, es una herramienta ideal para remover a los jóvenes y a los mayores. Lo ha sido siempre pero parece que grupos como Hakuna nos lo han tenido que recordar. 

    En Estados Unidos, con iglesias evangélicas como Hillsong Church y otras, ya lo podíamos estar viendo hace tiempo. A mi juicio, Hakuna es la adaptación de este modelo al catolicismo. Ambos grupos han sabido usar la música contemporánea que remueve el corazón y genera una comunión especial para movilizar a los cristianos, partiendo de conciertos y oraciones donde el hilo conductor es la música en clave de alabanza y adoración.

    Hoy en día, a través de las plataformas de audio, los móviles se convierten en capillas portátiles que permiten al joven contactar con Dios en cualquier parte y momento que lo necesite. 

    Conocer esta música y emplearla en el momento adecuado en nuestras actividades de impacto, tendrá un efecto multiplicador en el mensaje que les queremos transmitir.

    Por otro lado, son cada vez más los grupos que están lanzándose a componer nuevas canciones para seguir esta estela y, también dentro de la Familia Marianista, hay ya gente poniéndose en la presencia de Dios para componer una música actual que refleje nuestro carisma, porque las formas cuentan y los jóvenes, como los mayores, sabemos distinguir lo bello de lo feo y Dios se manifiesta en la belleza.

Guía de estilo Marianista