Impacto

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Actividades de nueva evangelización o re-evangelización, que pueden ser de varios tipos e intensidades según el formato y las edades y que marcan un cambio de etapa. (En la Iglesia se entiende por actividad de impacto algo más concreto, aquí de momento lo tomaremos en sentido más amplio)

  • Preparación – Impacto [6]

    Preparación – Impacto [6]

    Preparar actividades para jóvenes requiere adaptarse a su realidad cambiante sin perder la profundidad espiritual. La participación activa de los jóvenes en la planificación fortalece su compromiso. Modelos como Nightfever demuestran la efectividad de una preparación meticulosa y una ejecución consistente, evitando la improvisación. La evangelización requiere pasión y preparación equilibradas. Ver contenido

  • Iguales – Impacto [4]

    Iguales – Impacto [4]

    El testimonio de los jóvenes entre sí es poderoso en el primer anuncio. Chaminade promovía la educación entre iguales, donde un buen consejo o una conversación religiosa fortalecían la virtud de un joven. Es crucial empoderar a los laicos para propagar el Evangelio, ofreciendo modelos repetibles tipo franquicia, como los movimientos de renovación carismática, que… Ver contenido

  • Plan – Impacto [4]

    Plan – Impacto [4]

    Para impactar en un contexto secularizado, necesitamos congregaciones kerigmáticas centradas en el primer anuncio de un Dios que nos ama. Las parroquias también reconocen esta necesidad, buscando un encuentro personal renovado con Jesucristo y una predicación explícitamente kerigmática. Tener un plan nos prepara para aprovechar eventos como la JMJ y surfear las olas de la… Ver contenido

  • Comunicación – Impacto [4]

    Comunicación – Impacto [4]

    Una comunicación efectiva es clave en nuestras actividades. Mantener una agenda compartida y una comunicación fluida con acompañantes mejora la organización. La confianza en los acompañantes promueve la participación más que la publicidad. Implicar a los jóvenes en las redes sociales es esencial para adaptarse a sus preferencias cambiantes. Ver contenido

  • Barreras – Impacto [3]

    Barreras – Impacto [3]

    Para atraer a los jóvenes, ofrecer actividades claras y contrastables es clave. La comunicación debe ser sintética y directa, capturando su interés en segundos. Adaptarse al presente implica dominar redes sociales y plataformas como Hakuna, que se mueve sin barreras en el contexto juvenil. Ver contenido

  • Itinerario – Impacto [3]

    Itinerario – Impacto [3]

    El voluntariado internacional conecta a los jóvenes con Jesús, pero requiere un diseño y acompañamiento adecuado. Los retiros como Emaús y Effetá abordan crisis vitales específicas. Compartir un itinerario y procesos de discipulado es clave para la nueva evangelización. Ver contenido

  • Entorno – Impacto [3]

    Entorno – Impacto [3]

    Las actividades de impacto como los retiros de Emaús ofrecen un entorno seguro y acogedor para aquellos que buscan reconectar o encontrar un sentido de pertenencia. Claves importantes incluyen el anonimato, la confianza y la intimidad generadas a través de testimonios personales compartidos y el respeto por la privacidad. Además, al estar enfocados en grupos… Ver contenido

  • Signos – Impacto [3]

    Signos – Impacto [3]

    Los retiros Effetá y la música de Hakuna son populares entre los jóvenes, pero ¿se convierten en meras experiencias emotivas? Los signos de los tiempos nos desafían a profundizar la fe y la comunidad. Además, grupos identitarios radicales ganan terreno entre los jóvenes, mientras la ambigüedad pierde relevancia. Ofrezcamos una identidad concreta y cerrada, dejando… Ver contenido

  • Vacío – Impacto [3]

    Vacío – Impacto [3]

    Las actividades impactantes son fundamentales para dar sentido a la vida de los jóvenes. Necesitamos experiencias que conecten con su sed espiritual y ofrezcan el agua viva de Jesús. No se trata de turismo solidario, sino de generar encuentros auténticos desde nuestro carisma. Los retiros Effetá son un ejemplo, ofreciendo un regalo único que toca… Ver contenido

  • Visibilizar – Impacto [2]

    Visibilizar – Impacto [2]

    Generar una identidad sólida a la que los jóvenes se puedan vincular es crucial. Un ejemplo es el grupo Aute, que crea su propia línea de ropa con mensajes evangélicos. Como jóvenes marianistas, también trabajamos en una identidad potente con Fortes, para unirnos más allá de las etiquetas tradicionales y hacer nuestras actividades más reconocibles. Ver contenido

  • Acompañantes – Impacto [2]

    Acompañantes – Impacto [2]

    Los influencers son los nuevos predicadores para los jóvenes. Su estilo, lenguaje y plataformas inspiran cómo conectar con ellos. En experiencias de impacto, necesitamos acompañantes auténticos, tocados por Dios, ofreciendo testimonios naturales para brindar referentes alternativos. Ver contenido

  • Palabra – Impacto [2]

    Palabra – Impacto [2]

    La revelación de Dios se manifiesta a través de la proclamación de la Palabra contenida en las Escrituras. Es esencial cuidar cómo transmitimos esta Palabra en nuestras actividades, encarnándola adecuadamente para que arda en el corazón de quienes nos escuchan. Ver contenido

  • Apasionar – Impacto [1]

    Apasionar – Impacto [1]

    Los jóvenes que participan en actividades de impacto a menudo enfrentan un intenso ruido interior. Buscan experiencias intensas pero pueden carecer de una comunidad de apoyo. Por eso, nuestras propuestas deben centrarse en emociones y contenidos simples, para conectar con sus intereses y luego profundizar en el camino de crecimiento. Ver contenido

  • Implicación – Impacto [1]

    Implicación – Impacto [1]

    A menudo nos sentimos incapaces o sin tiempo para participar en actividades especiales de la iglesia, como retiros o peregrinaciones. Sin embargo, subestimamos el poder de la oración de intercesión. Al cambiar nuestra mentalidad y comprometernos sinceramente en la oración comunitaria por quienes participan en estas actividades, podemos ver resultados sorprendentes. La oración no es… Ver contenido

  • Fervor – Impacto [1]

    Fervor – Impacto [1]

    La intensidad emocional durante las actividades de impacto genera vínculos temporales que pueden desvanecerse con el tiempo si no se les da continuidad. Por eso, es crucial aprovechar este fervor para proponer nuevas actividades que mantengan el interés y la confianza de los jóvenes. Al finalizar una actividad, podemos lanzar la siguiente o sembrar la… Ver contenido

  • Testimonio – Impacto [1]

    Testimonio – Impacto [1]

    El testimonio de los acompañantes en actividades como los retiros de Effetá es crucial para el crecimiento espiritual de los jóvenes. Al compartir sus propias experiencias de fe y haber pasado por situaciones similares, los acompañantes ofrecen un ejemplo cercano y tangible de crecimiento. Es importante seleccionar acompañantes que sean cercanos en edad y reflejen… Ver contenido

  • Carisma – Impacto [1]

    Carisma – Impacto [1]

    Los jóvenes encuentran atractiva la apertura y el contacto con el mundo en el carisma marianista, diferenciándolo de otros. Aprovechemos esta fortaleza en nuestras actividades, cuidando el público y su conexión con la realidad, siguiendo las intuiciones de Chaminade. Ver contenido

  • Acompañamiento – Impacto [1]

    Acompañamiento – Impacto [1]

    El acompañamiento no debe limitarse a la actividad especial; después, los jóvenes necesitan un seguimiento en su integración a la comunidad local. Es óptimo que quienes los acompañaron en la actividad sigan el proceso, ya sea personalmente o a distancia. Si no es viable, acompañantes locales podrían asumir ese rol. Ver contenido

  • Oración – Impacto [1]

    Oración – Impacto [1]

    Los jóvenes buscan espacios de silencio y oraciones contemplativas, alejándose de la saturación sensorial. Hakuna ejemplifica esta tendencia en sus adoraciones sin participación externa. Aunque tememos el silencio, es vital en nuestra oración para permitir a Dios hablar. Ver contenido

  • Protagonismo – Impacto [1]

    Protagonismo – Impacto [1]

    El acompañante en una actividad debe entender su papel como facilitador, permitiendo que los jóvenes se expresen y lleguen a sus propias conclusiones. Es crucial ceder espacio y evitar la tentación de dirigir o imponer respuestas, dejando que los participantes sean los protagonistas de su experiencia. Ver contenido

  • Fe – Impacto [1]

    Fe – Impacto [1]

    En nuestras actividades de impacto, es crucial enfocarnos en el encuentro con Jesús, no solo en palabras o doctrinas. La experiencia de fe en la oración, el servicio al necesitado y la comunidad como espacio de crecimiento deben ser evidentes. Ya no podemos confiar en la evangelización implícita; es tiempo de ser explícitos en el… Ver contenido

  • Equilibrio – Impacto [1]

    Equilibrio – Impacto [1]

    En las actividades, es esencial encontrar un equilibrio entre los elementos que conforman nuestro carisma marianista: testimonio, oración, formación, acompañamiento personal y convivencia. Adaptar estas proporciones según el perfil y las necesidades de los participantes garantiza resultados significativos. Incorporar más acompañantes de diversas ramas puede fortalecer la vivencia comunitaria y el apoyo individual. Ver contenido

  • Crecimiento – Impacto [1]

    Crecimiento – Impacto [1]

    Es crucial abordar el crecimiento personal entre los jóvenes, ofreciendo contextos y modelos positivos para explorar su personalidad, entender su pasado y reflexionar sobre su historia. Las actividades de impacto son oportunidades valiosas para facilitar estos procesos de maduración, y se pueden diseñar itinerarios que incluyan actividades especiales en momentos vitales clave para fomentar el… Ver contenido

  • Espíritu – Impacto [1]

    Espíritu – Impacto [1]

    Al preparar actividades especiales, evitemos poner nuestro ego en el centro y recordemos que todo viene de Dios. Somos meros administradores de sus dones y debemos confiar en el Espíritu en todo momento. No caigamos en la tentación de la apropiación, ya que sin Dios nada tiene sentido y debemos dar testimonio de su obra,… Ver contenido

  • Experiencia – Impacto [1]

    Experiencia – Impacto [1]

    Los jóvenes buscan llenar un vacío interior con vivencias cambiantes, pero necesitan un horizonte vital que marque su rumbo. Iniciativas como el Soul College ofrecen formación para madurar en la fe y descubrirse a sí mismos. Encontrar respuestas a sus dudas puede ser transformador y una verdadera actividad de impacto. Ver contenido

  • Formas – Impacto [1]

    Formas – Impacto [1]

    La belleza de la música, como en Hakuna y Hillsong, moviliza corazones y comunica la fe. Con la tecnología, los jóvenes llevan capillas portátiles en sus móviles. Integrar esta música en nuestras actividades fortalece el mensaje. La composición de nuevas canciones en la Familia Marianista refleja este impulso. Ver contenido

  • Responsabilidad – Impacto [1]

    Responsabilidad – Impacto [1]

    A los jóvenes les motiva organizar las actividades, las sienten más suyas y motivan a otros a participar, lo que les hace crecer. Es importante equilibrar su deseo con un plan concreto y contenidos de calidad. Delegar partes de la organización en jóvenes con más recorrido y contar con acompañantes que den testimonio de su… Ver contenido

  • Hábitos – Impacto [0]

    Hábitos – Impacto [0]

    En nuestras actividades especiales, rescatemos lo sagrado, marcando signos y tiempos de encuentro con Dios, aunque algunos jóvenes parezcan no estar preparados para ello. Es crucial proporcionar herramientas para un encuentro profundo con Dios, incluso si esto implica desafiar las expectativas. Ver contenido

  • Iglesia – Impacto [0]

    Iglesia – Impacto [0]

    Los movimientos como Hakuna y los retiros Effetá están impactando positivamente en la fe de nuestros jóvenes, lo que no deberíamos percibir como amenaza, sino como una gracia del Espíritu. En lugar de competir, debemos apoyar estas iniciativas y acompañar a los jóvenes en su crecimiento espiritual dentro de nuestras comunidades. Ver contenido

  • A la hora de preparar actividades especiales, es bueno tener en cuenta las necesidades de los jóvenes y adaptarnos a su realidad, sin perder la hondura que les lleve al encuentro con Jesús. En este sentido, vemos que los jóvenes demandan mucha novedad, les gusta lo imprevisible, cosas que les mantengan activos y atentos, no pueden sostener la atención en cosas monótonas o repetitivas. Un joven de 17 años puede estar a la vez en varias cosas: viendo un partido en la tele, mientras sigue otro de la King’s League en twitch y comenta cosas con los amigos por Whatsapp a la vez que mira instagram.

    Ante esto, podemos controlar la atención de los jóvenes ocupando su cabeza con tareas secundarias de menor calado y que también deberemos llevar preparadas para que no se las busquen ellos porque las hemos dejado de la mano de la Providencia o directamente no hemos pensado que serían necesarias.

    Dentro de la preparación de una actividad, ya hemos comentado en otros puntos la importancia de que participen los propios jóvenes en función de su recorrido y en las tareas y decisiones que sea oportuno. Esto hace que se vinculen más al proyecto. 

    Este tipo de vínculo y participación, lo podemos ver, por ejemplo, en los retiros Emaús, en los que, aquellos que han vivido la experiencia, son llamados a convertirse en acompañantes de los nuevos caminantes. Esta preparación delegada en los laicos que han vivido una experiencia es muy cuidada e intensa y requiere un grado de claridad y radicalidad muy fuerte en los conceptos básicos y en los objetivos para que la experiencia no degenere en función del criterio de quien la prepara.

    En esta línea de evitar que el contenido y el resultado dependa demasiado de la persona, y sus talentos y carisma, es bueno contar con un manual detallado y bien preparado de la actividad, no sólo de contenidos, sino también de formas, adoptando un modelo tipo “franquicia”.

    No sólo hay que preparar bien los materiales y contenidos, sino que la preparación de los acompañantes, como vemos en otros modelos, también es crucial.

    Para reflejar esto, veamos el caso de Nightfever. Entrando en su web nos dice que “es una iniciativa de jóvenes cristianos. Queremos difundir la alegría que experimentamos nosotros mismos e invitar a los transeúntes a dejarse tocar por el amor y la misericordia de Dios. Nightfever es preparada y llevada a cabo por aprendices, estudiantes y jóvenes adultos de diferentes grupos y comunidades. Todos contribuyen con sus habilidades, talentos y posibilidades. Así celebramos la unidad en la diversidad.”

    Pues bien, esta iniciativa que se va reproduciendo en distintos países y ciudades, supone un trabajo de preparación de 6 meses con los acompañantes para ponerla en marcha correctamente, pero el producto final es siempre el mismo: una oración por la noche. Por eso, lo que hay que preparar no es la actividad, sino a las personas para que la acompañen correctamente.

    Sin embargo, en nuestras iniciativas, demasiadas veces trabajamos mal los proyectos, damos sensación de improvisación y desconocimiento de lo que estamos haciendo y eso genera inseguridad y rechazo en jóvenes y mayores. 

    Una vez más, no hay que confundir el impulso y la frescura del Espíritu, con la improvisación irresponsable. Debemos equilibrar pasión y preparación para ir, como dice Fran Ramírez, responsable de jóvenes de los encuentros cuatro40 de Acción Católica, “a lo loco porque el amor de Cristo nos apremia. Pero sin ir a lo loco porque las cosas importantes se preparan y no se improvisan”. La Evangelización es algo muy serio que merece una revisión y un plan.

  • Las actividades de impacto son momentos especiales de primer anuncio y esto es algo que todo el mundo puede hacer, no hace falta formación, hace falta valor y experiencia de Dios. En este sentido, el testimonio de un joven a otro joven es lo más potente.

    Por eso hay que animar a los jóvenes a ser testigos. El testimonio de los iguales transforma y empodera mientras que las charlas de gurús o santos, invalidan y rompen la autoestima por interpretarse como lejanos a mi realidad o inalcanzables.

    Así nos habla Ignacio Otaño de cómo concebía Chaminade este modelo de educación entre iguales y referentes bien preparados.

    «Lo que un joven dice a su amigo a menudo queda más grabado en su corazón que las exhortaciones más apremiantes de los predicadores; un buen consejo, una conversación religiosa, una advertencia hecha oportuna y familiarmente, fortalecen a veces la virtud vacilante de un joven».(Pág. 50) El P. Chaminade quería el apostolado del compañero con el compañero, del igual con el igual. (Pág. 58) «No cabe duda de que la mayor parte de los dirigentes y de las dirigentes de la congregación pertenecían a una élite organizada, cuya existencia ignoraba la masa de congregantes, y que Chaminade había concebido su fórmula masa-élite desde su vuelta de España». (Pág. 58)

    Para lograr la participación de los jóvenes con hondura y calidad, puede ser oportuno ofrecer modelos repetibles tipo franquicia. Esto empodera a los laicos para que propaguen el Evangelio. Por contra, el modelo libre centrado en religiosos creativos, hace que la evangelización esté sólo en manos de unos pocos líderes carismáticos. En este sentido, los movimientos de renovación carismática, con sus retiros cerrados llevados por laicos, son un buen ejemplo de empoderamiento del laico y de multiplicación de cristianos: Cursillos de cristiandad, Retiros Emaús, Effetá, Cursos Alpha, etc.

  • Tenemos que crear congregaciones kerigmáticas donde el primer anuncio esté en el centro. Según esto, nuestras actividades de impacto deberían explicitar mucho más ese anunció de un Dios que nos ama y ha dado la vida por nosotros. 

    Esta necesidad también la perciben en las parroquias como se recoge en algunos de los puntos del documento “57 buenas prácticas en parroquias” elaborado en 2023 tras el estudio de 200 parroquias que han visto frutos tras llevar a cabo algunas de estas cosas.

    4. La parroquia, en un contexto secularizado, posibilita el encuentro personal con Jesucristo, de una forma renovada con intencionalidad kerigmática (no la da por supuesta, aunque perviva mucha religiosidad popular). 

    19. La parroquia cuenta con una predicación y proclamación de carácter explícitamente kerigmático, para madurar y crecer en la enseñanza del discipulado. 

    20. La parroquia busca, se informa y se forma en Primer Anuncio. Conoce diversas propuestas de Primer Anuncio, bien sea para los fieles, para los alejados o para no creyentes. (BP. Métodos para el primer anuncio)

    Tener un plan es prepararse para coger las olas de nuestro tiempo. Aprovechar el impulso de la JMJ como de otros eventos nos puede llevar muy lejos. Sin embargo, si estas olas las cogemos de cualquier manera, o nos pillan por sorpresa, sólo nos revuelcan, y nos pueden ahogar o hacer que le cojamos miedo al mar.

    Por otra parte, además de estas grandes olas de la sociedad, tenemos las olas que se producen en la vida de toda persona y que son bien conocidas y previsibles. Otros movimientos, como los promotores de los retiros Effetá, Emaús, y demás, apuntan a momentos vitales determinados de la persona ofreciendo experiencias que no se repiten y que ayudan a hacer ese cambio de etapa, a surfear por la ola según un plan determinado. Esto supone tener un itinerario reglado de retiros para distintas edades con un manual estricto de cómo hay que ponerlos en marcha y a quién van dirigidos.

  • Una clave fundamental para nuestras actividades de impacto es contar con una buena red de acompañantes y, para esto, necesitamos una buena comunicación, tanto para mantener una agenda clara y compartida de actividades, como para mantener el contacto y la formación de estos acompañantes de manera fluida y eficiente.

    Si los acompañantes están puntualmente informados de todo, es inmediato, y surge de forma natural, que puedan motivarlo entre la gente a la que acompañan en sus comunidades locales. En cambio, si esta información es parcial y va a golpe de WhatsApp, las cosas llegarán siempre en mal momento y serán fuente de susceptibilidades.

    Que la información llegue adecuadamente a todo el mundo permitirá mejorar mucho la manera de trabajar en Familia Marianista.

    Para cualquier persona hay sólo un agente válido que me puede mover a hacer algo: alguien en quien yo confíe. Y esto es un amigo o familiar o bien alguien que sea referente para mí, como mi acompañante personal o el de mi comunidad. Los mensajes publicitarios tienen una eficiencia bajísima y en el mundo del marketing se emplean porque es infinitamente más complicado pagar a alguien de mi confianza para que me venda un producto. 

    En nuestro caso, sin embargo, es bastante más sencillo implicar a los destinatarios y a los acompañantes en la comunicación para lograr una verdadera difusión y sobre todo para hacer una invitación a participar en las actividades. Además, en la medida en que haya más gente implicada y conocedora de las actividades, habrá menos problema de colisión entre actividades, no porque no haya solapamientos, sino porque cada uno elegirá con paz y libertad a dónde ir sin sentir el bombardeo y la competición de anuncios por WhatsApp e Instagram.

    Y en esto de implicar a los destinatarios, no se trata de tener a un grupo de jóvenes que lleve las redes sociales. Esto está muy bien y es necesario, pero la idea es que se dé la comunicación en horizontal, no en vertical, la presencia de jóvenes detrás de las RRSS, no hace que la línea de transmisión de la información sea otra, aunque mejore el estilo.

    En cuanto al estilo de las publicaciones y anuncios, vemos que, en RRSS, los jóvenes no esperan un contenido muy bien hecho, si no algo más natural, original, amateur y, sobre todo, inmediato y fugaz. Además esto es hoy, y mañana lo que busquen será otra cosa. De ahí, la importancia de tener los canales de comunicación en manos de los jóvenes, acompañados de gente más mayor capaz de compartir la misión, la visión y los valores con esos jóvenes.

  • Los jóvenes reaccionan bien a estímulos de lo personal, el yo, el bienestar, lo que se puede contrastar para tomar decisiones rápidas sin pensar mucho. Por eso, a la hora de ofrecerles actividades especiales, hay que presentar decisiones sencillas sin términos medios y que puedan comparar con otras para decidir por contraste.

    Lo que les comunicamos también ha de ser claro y sintético igual que pedíamos en las homilías. Según estudios de marketing digital “En los 3 primeros segundos de un vídeo se define si la persona está interesada o no”. Un joven no atiende a discursos interminables, hemos de captar su atención y en ese momento comunicar el mensaje.

    Además, en nuestra oferta y contenidos, debemos adaptarnos al presente, utilizar los nuevos canales de comunicación, dominar las redes sociales y las plataformas que emplean. Es lo que pasa ahora mismo con Hakuna que se mueve sin barreras en el contexto de los jóvenes.

  • Una de las acciones de impacto que más ponen en contacto al joven con Jesús, son las experiencias de voluntariado internacional, sin embargo, observamos que debemos articular mejor estas vivencias con un buen diseño y acompañamiento antes, durante y después para que se convierta en canal para reconectar con Dios y con la comunidad dentro de un itinerario de crecimiento en la fe y pertenencia a la Familia Marianista.

    Los itinerarios nos permiten actuar en los momentos adecuados. Probablemente los retiros de Emaús están pensados para actuar sobre la crisis de los 40 y los de Effetá para atender al momento vital en torno a los 20 años cuando comienza la autonomía de la persona. Viendo los frutos de estas iniciativas, podemos asegurar que es bueno ofrecer actividades específicas para momentos vitales concretos y conocidos y ser así punto de apoyo y reconexión para nuestros jóvenes ofreciendo algo que necesitan y no algo genérico.

    Las iniciativas de nueva evangelización como los grupos Alpha o los retiros de impacto que mencionábamos antes, hacen en el fondo lo mismo que hacemos con nuestros retiros, o en nuestros grupos, pero a nosotros no nos sale bien. La diferencia más grande es que estamos desorganizados, sin proyecto ni itinerario y con muchos sabios francotiradores que inventamos todo de cero cada día. Por eso, no hace falta reinventar ni copiar nada, hace falta compartir un itinerario y devolver el protagonismo a los destinatarios.

    Y en todo esto, no olvidar los procesos que han de darse antes, durante y después de las actividades especiales. En el documento “57 buenas prácticas en parroquias” elaborado en 2023 tras el estudio de 200 parroquias, recogen algunas ideas relacionadas con estos procesos de discipulado:

    24. La parroquia cuenta con un espacio de acogida que incluye acompañamiento para las personas que han experimentado un método, evento o acción de primer anuncio, previo al discipulado. 

    26. La parroquia, a los que han experimentado algún método o evento de primer anuncio, les ofrece seguir en el discipulado, en grupos pequeños o células para ser acompañados en oración, formación y vivencia de la fe. 

    27. Existe en la parroquia una programación específica para formar discípulos (itinerarios), después del primer anuncio y acompañamiento.

  • Las actividades de impacto como los retiros de Emaús para las distintas edades: Effetá, Samuel, etc. Ofrecen precisamente un entorno seguro desde el que reenganchar o rescatar al que está alejado y necesita sentirse querido, acompañado y formando parte de algo. 

    Algunas de las claves para lograr este entorno seguro y que se pueden rescatar para otras actividades son, por una parte, que nadie te conoce ni te juzga. Al ser encuentros puntuales con desconocidos, si uno quiere, podría no volver a ver a esas personas. Además, se genera un clima muy fuerte de confianza e intimidad al escuchar el testimonio personal de otros como tú y tener como seña de identidad y compromiso, el mantener el secreto de lo que pasa y se dice durante el retiro. Por otro lado, al estar enfocados a franjas de edad o momentos vitales muy concretos, todo el mundo se mueve casi en la misma onda y te sientes entre iguales. Este clima de intimidad y seguridad se refuerza cuando la actividad está separada por sexos permitiendo así hablar sin reparo de algunos temas que de otra forma podrían resultar más incómodos.

  • Como sabemos, entre nuestros jóvenes son bastante populares los retiros de impacto, en concreto los retiros Effetá. Y, gracias a eso, cada vez les da menos miedo o pereza participar de algo similar que les podamos ofrecer nosotros. 

    Junto con estos retiros, las adoraciones y la música de Hakuna son indiscutiblemente un fenómeno de moda entre los jóvenes. Esta moda provoca un efecto multiplicador muy grande que ha superado completamente toda experiencia religiosa que pudiera haber entre los jóvenes hace unos pocos años. Esto, también puede llegar a distorsionar la experiencia de fe y vida de comunidad, convirtiéndolo todo en algo meramente emotivo, para sentir cosas removiendo mis miserias y mis afectos con un carisma determinado. 

    En este momento, los signos de los tiempos nos dan la oportunidad de ser la comunidad de referencia donde se da hondura y se comparte lo que se siente al escuchar las canciones o vivir los retiros. Tenemos la oportunidad de convertir en experiencia de Dios, más profunda y duradera, lo que muchos solo viven como una explosión de emociones.

    Siguiendo con los signos de nuestro tiempo, el delegado de juventud de la vicaría VIII de Madrid, Javier Peño, sostiene que se está dando un aumento en los grupos que otorgan identidad a los jóvenes. En un mundo líquido donde el joven, como en toda época, busca definirse y construir su realidad, los grupos que ofrecen una identidad concreta y muy radical, aunque parezca extraño por su orientación, tienen mucho éxito entre los jóvenes.  Mientras que los que nos mantenemos más ambiguos con la pretensión de dar más libertad, resultamos irrelevantes, pues el mundo en sí ya ofrece toda esa falsa libertad de la indefinición. Debemos acompañar al joven en la construcción de su identidad, ofreciendo una propuesta concreta y cerrada de vida cristiana, que no sea para todos a la medida de cada uno, sino sólo para aquellos que se sientan llamados por nuestro carisma, dejando libres de verdad al resto, para que busquen su identidad en otros carismas.

  • Las actividades de impacto, juegan un papel muy importante a la hora de dotar de sentido el vacío que muchas veces encontramos en nuestros jóvenes. Estas pueden ser experiencias fundantes que les ayuden a encontrar el sentido de sus vidas. 

    Dentro de estas actividades, el contacto con otras culturas y realidades en experiencias internacionales, puede ser un lugar para salir de uno mismo y ponerse a tiro de Dios y a la vez, para el joven es algo atrayente. De nosotros depende, una vez más, dotar de sentido la experiencia y no convertirla en un viaje exótico o en turismo solidario. Toda actividad que realicemos ha de ser vivida como experiencia de comunidad desde nuestro carisma.

    No podemos quedarnos en generar encuentros o viajes para el Instagram, debemos tener siempre algo que ofrecer. Lo nuestro ha de ser generar lugares de encuentro y necesidad como el “pozo de la samaritana” donde poder conectar con la sed de las personas y ofrecerles el agua viva que aún no conocen. El que no sabe que ha perdido algo, no lo busca, lo mismo quien no conoce el agua viva como la samaritana, por eso necesitamos estas actividades de impacto donde poder conectar con el vacío que cada uno lleva dentro y entonces sí, ofrecer a Jesús.

    El ejemplo más claro de esto son los retiros Effetá en los que cada joven participa sólo una vez en la vida. Son sólo un impacto puntual y exclusivo vivido como un regalo. “Lo que los jóvenes necesitan es a Dios en su vida” y saben tocar ese vacío como Jesús tocó el vacío de la samaritana. Lo que no podemos hacer es llevar a los jóvenes de pozo en pozo y no hacernos necesitados de lo que ellos pueden aportar, no ofrecerles nada, no escucharles, no interpelarles, porque para eso ya tienen toda la oferta de la sociedad que es mucho más atractiva y para la que no nos necesitan.

  • Es muy importante generar una identidad a la que los jóvenes se puedan vincular. Lo vemos continuamente, hace ya tiempo que los jóvenes crean sus propias marcas de ropa con las que identificarse. Un ejemplo de esto en el mundo cristiano lo protagoniza el grupo de reciente creación que, bajo el nombre de Aute, se muestran como jóvenes cristianos auténticos frente a la superficialidad del mundo y, una de sus primeras acciones ha sido la creación de su propia línea de ropa personalizada con mensajes evangélicos haciéndose visibles en redes y entre la gente.

    También, como jóvenes marianistas, debemos trabajar una imagen potente a la que puedan adherirse y hacerlo con ellos. Con ese objetivo surgió el nombre de Fortes en 2017: para tener una identidad actual que reúna a los jóvenes marianistas más allá de las etiquetas oficiales de “Fraterno”, o “Familia Marianista”, o “Comunidad Estado de María Inmaculada”, o “Hijas de María”, o “Compañía de María”. Es decir, algo actual y no explícito que se pueda emplear para nombrar fácilmente las actividades como ya hicieron con MAGIS o Hakuna. La identificación más concreta y oficial se dará cuando se vayan vinculando más a una de las ramas de la Familia Marianista. El nombre no es un grupo en sí mismo que sustituye a ninguna rama ni comunidad, es sólo una marca identitaria, un recurso que nos haga familia unida para los jóvenes.

    Una forma de contagiar el entusiasmo y hacer partícipes a otras personas que aún no conocen Fortes, puede ser terminar alguna de estas actividades coincidiendo con la eucaristía de una comunidad de fe local. Cuando esto sale bien, es muy positivo para la comunidad local que acoge y para los jóvenes que reciben el testimonio acogedor de una familia más amplia. En cierto sentido, vendría a ser como la Eucaristía final de los retiros Effetá o Emaús que celebran con toda la comunidad y con familiares, haciendo visibles, en ese momento, los frutos del retiro, entre gente que, de otra manera, no se habría acercado a esta actividad.

  • Hace tiempo que los influencers son los nuevos predicadores, los referentes para los jóvenes. Su forma de expresión, su lenguaje, el medio que emplean (plataformas de streaming en primera persona) nos tienen que inspirar para conectar con ellos. Los jóvenes están acostumbrados a que una persona les narre algo que está haciendo y lo vaya comentando tal y como lo va viviendo.

    La vida atrae, remueve, sirve de referente, aunque sea una vida fingida o apoyada en el comentario de un juego de ordenador, por eso, en las experiencias de impacto, debemos contar con acompañantes especialmente tocados por Dios o que viven la vida desde Dios para que den su testimonio con naturalidad y frescura, de manera espontánea, no forzada, para ofrecer referentes alternativos a los del mundo.

  • Dios se nos revela a través de la escritura, pero no es estrictamente el texto como tal el que es revelación, sino la proclamación de la Palabra en él contenida. El texto es el medio, la Palabra es texto anunciado, por eso es muy importante dar voz a la Palabra y cuidar cómo la transmitimos, si lo hacemos de cualquier manera, o en qué contexto, y cómo lo encarnamos para que sea verdadera revelación que haga arder el corazón en nuestras actividades de impacto.

  • Los jóvenes que participan en actividades de impacto pueden tener mucho ruido interior, acuden en busca de actividades especiales para sentir cosas y vivir experiencias intensas, y, muchas veces, no tienen una comunidad o un contexto en el que apoyarse o hacer un camino de crecimiento. 

    Por eso, nuestras propuestas, a veces, podrían resultarles muy pesadas o alejadas porque se dirigen a un público con más recorrido. En este tipo de encuentros, debemos movernos en el terreno de las emociones y los contenidos sencillos muy centrados en sus intereses inmediatos para navegar dentro de ese ruido interior de sus pasiones y, en un proceso posterior, dar más profundidad a lo vivido.

  • Muchas veces no nos sentimos preparados, cómodos o con tiempo, para acompañar una actividad especial como pueda ser una pascua, un camino de Santiago, ir a Taizé, o cualquier otra. Pensamos que eso es para gente más jóven, o con un talante o dones diferentes a los míos. Sin embargo, hay otra forma de implicarse mucho más importante en la que no creemos lo suficiente: la oración. 

    Otros grupos de Iglesia creen sinceramente en el poder de la oración de intercesión y destinan a gente especialmente a rezar por la actividad. Nosotros, en el fondo, no lo hacemos porque nos creemos que las cosas dependen de nosotros, de nuestro esfuerzo y de lo que hayamos preparado, y que eso de rezar por las cosas, es el consuelo del que no trabaja o ha perdido toda esperanza en otros medios. Pero, cuando cambiemos esa mentalidad y nos pongamos sinceramente en oración, como comunidad, por las personas que viven la actividad y lo que Dios pueda hacer en ellas, veremos otros resultados. Esto no es pedirle a Dios que me apruebe el examen o que gane mi equipo de fútbol, esto es otra cosa.

  • Una clave fundamental en las actividades de impacto, y que vemos en otros grupos, es trabajar con el fervor de los participantes. Cuando vivimos intensamente una actividad creamos una serie de vínculos temporales que irán desapareciendo en los días sucesivos si no hay ningún otro estímulo, por eso, es importante aprovechar la ola de emociones cuando se produce y plantear nuevas propuestas cuando existe ese vínculo que nos hace significativos y confiables para los jóvenes en nuestras propuestas. 

    Así, al final de una actividad podemos lanzar la siguiente, o sembrar la semilla de algo nuevo que pueda nacer en el grupo como ocurrió con el nacimiento de Hakuna, a la vuelta de una Jornada Mundial de la Juventud de 2013 en Río.

  • Para el joven que participa en una actividad de impacto como pueda ser un retiro de Effetá, el testimonio que dan los acompañantes que se ponen a su servicio, transforma y hace crecer, no sólo por su experiencia de fe, sino por el tiempo dedicado y el hecho de haber pasado por lo mismo que tú, unos meses atrás. En este sentido, podemos cuidar la labor de los acompañantes, para que sea gente más cercana en edad y reflejo de un siguiente paso en el crecimiento de la fe.

  • Los jóvenes manifiestan que las características del carisma marianista que más les atraen son la apertura y el contacto con el mundo, cosa que no encuentran tan claramente en otros estilos. Por eso, es bueno aprovechar esta fortaleza distintiva en nuestras actividades de impacto cuidando el público al que nos dirigimos y la relación de la actividad con la realidad que nos rodea. Ambas cosas las encontramos fácilmente en las intuiciones de Chaminade.

  • El acompañamiento ha de darse no sólo durante la actividad especial. Acabada esta, los jóvenes deberían poder contar con acompañantes que sigan su proceso de integración o progreso dentro de una comunidad local. 

    Lo ideal sería que alguna de las personas que acompañó la actividad pueda seguir acompañando a la vuelta, bien sea en persona o en la distancia con los distintos medios de comunicación al alcance. 

    De no ser posible, sería bueno contar con acompañantes locales que puedan cubrir este papel aunque no hayan participado en la actividad.

  • Los jóvenes reclaman espacios de silencio frente a la multitud de estímulos externos y que las oraciones sean sencillas y no exijan mucha atención intelectual o sensorial, que sean más contemplativas.

    Esto lo vemos claramente en las adoraciones de Hakuna donde no hay participación de los asistentes, más allá de lo que cada uno viva en su interior. Sin embargo, aún nos dan miedo los silencios en nuestras oraciones, y parece que si no ha habido peticiones compartidas, ha faltado algo y pasamos a que la oración sea un momento para compartir entre nosotros, lanzarnos peticiones y acciones de gracia unos a otros y dejamos fuera a Dios, pero estamos en un tiempo de callar más nosotros pacificar nuestros sentidos y nuestro corazón, y dejarle a él más espacio para hablar.

  • La tendencia que tenemos a dirigir es muy fuerte, cuando estamos en una actividad, nos cuesta dejar que los jóvenes se expresen y saquen sus propias conclusiones, parece que necesitamos mostrarles todo lo que sabemos, dando las respuestas y conclusiones antes de que ellos las piensen. Al acompañar una actividad, hay que tener claro el papel del acompañante, dejando espacio y callando más de lo que lo haríamos en otro foro u otro tipo de actividad. No somos nosotros los protagonistas que montamos una actividad, son los jóvenes que la viven los que la protagonizan.

  • A estas alturas, ya tenemos claro que lo que transforma es el encuentro con Jesús y no las palabras o doctrinas, por eso, en nuestras actividades de impacto, se ha de hacer patente este encuentro con Jesús. El foco ha de estar puesto en esa experiencia de fe propiciada por el encuentro en la oración explícita, en el servicio consciente al necesitado y en la experiencia de la comunidad como espacio seguro de crecimiento. No podemos seguir confiando en la evangelización implícita, estamos en un tiempo de ser explícitos en el anuncio y la vivencia de la fe.

  • En las actividades de impacto, vemos que es bueno buscar un buen equilibrio entre los distintos elementos de nuestro carisma que mueven a la persona: testimonio, oración, formación, acompañamiento personal, tiempo personal y convivencia. Cuando estos elementos no se dan en su justa medida, o en el marco real de la comunidad, vemos que falta algo, podemos haber hecho una convivencia muy chula, pero quedar en nada por la falta de algún otro ingrediente. 

    Además, según el momento vital de los participantes o el tipo de actividad, las proporciones deberán variar, por eso es importante hacer un buen diseño de la actividad así como del perfil de jóvenes a los que va dirigida, para que dicho equilibrio tenga sentido y dé buenos resultados.

    Mirando nuestras actividades, tal vez percibamos que la parte testimonial está muy coja y que sigue teniendo demasiado peso la voz de un predicador que expone un tema de manera brillante, pero que no visibiliza en ningún momento la vivencia comunitaria. Así mismo, nos sigue costando mucho ofrecer el acompañamiento personal en las actividades y que los jóvenes lo acojan. Todos estos elementos se podrían abordar si en las actividades participaran un mayor número de acompañantes de las distintas ramas, que visibilicen una comunidad, que den testimonio, que recen juntos y que se ofrecen a acompañar personalmente a los jóvenes durante la actividad, incluso antes y después de la misma.

  • Una carencia importante que detectamos en los jóvenes es la necesidad de trabajar el crecimiento personal. Necesitan contextos y buenos referentes para trabajar su personalidad, conocerse, abordar su pasado y leer su historia personal. Las actividades de impacto son una buena oportunidad para dar estos saltos madurativos que suelen tener una buena acogida. 

    En este sentido, se pueden diseñar itinerarios que ofrezcan actividades especiales en los momentos vitales clave y que aborden ese crecimiento y cambio de etapa.

  • Al preparar actividades especiales o actividades de impacto, dado su carácter extraordinario y frecuentemente su éxito entre los participantes, podemos caer fácilmente en ponernos a nosotros en el centro, nuestro talento y esfuerzo, nuestra dedicación, nuestras ideas, etc. Asumiendo también el éxito o el fracaso como propios, pero, ¿acaso tenemos algo que no haya venido de Dios y podemos algo si es sin él? 

    Somos meros administradores de los dones recibidos y debemos confiarlo todo al Espíritu de manera mucho más recurrente y constante para no caer en la tentación de la apropiación, no sólo porque sin Dios nada tiene sentido, sino también porque si no damos testimonio de Dios, es porque damos testimonio de nosotros mismos y eso sería engañar a los jóvenes.

  • Actualmente los jóvenes tienen un gran vacío interior y lo tratan de llenar con el consumo de vivencias. Cambian continuamente de actividad y tienen miedo a comprometerse con algo que les cierre puertas, pero eso les deja confundidos y bloqueados. 

    En todo caso, esta es la dinámica actual del mundo y no debe escandalizarnos, los jóvenes lo viven con naturalidad. Sin embargo, si les ayudamos a encontrar un horizonte vital que marque su rumbo, aunque estén cambiando continuamente de actividades y trabajos, avanzarán en una dirección. Hay que ayudarles a definir ese horizonte en sus vidas y no tratar de hacer que elijan algo y no busquen nada más. Esto se puede trabajar en las actividades de impacto si están bien diseñadas para discernir el horizonte vital.

    En los últimos años van surgiendo iniciativas de formación para que los jóvenes puedan madurar y profundizar en su fe a través del conocimiento y la experiencia para descubrirse a sí mismos y, según dicen, «disfrutar de ser persona». Es el caso del Soul College promovido por la Fundación Hakuna con varios cursos de distinta temática y duración. 

    Algo muy importante para los jóvenes es obtener respuestas, plantear sus dudas, ser escuchados y la experiencia de encontrar esas respuestas, puede ser muy intensa y transformadora como una verdadera actividad de impacto al encontrarse con la Verdad.

  • La belleza, en concreto en la música, es una herramienta ideal para remover a los jóvenes y a los mayores. Lo ha sido siempre pero parece que grupos como Hakuna nos lo han tenido que recordar. 

    En Estados Unidos, con iglesias evangélicas como Hillsong Church y otras, ya lo podíamos estar viendo hace tiempo. A mi juicio, Hakuna es la adaptación de este modelo al catolicismo. Ambos grupos han sabido usar la música contemporánea que remueve el corazón y genera una comunión especial para movilizar a los cristianos, partiendo de conciertos y oraciones donde el hilo conductor es la música en clave de alabanza y adoración.

    Hoy en día, a través de las plataformas de audio, los móviles se convierten en capillas portátiles que permiten al joven contactar con Dios en cualquier parte y momento que lo necesite. 

    Conocer esta música y emplearla en el momento adecuado en nuestras actividades de impacto, tendrá un efecto multiplicador en el mensaje que les queremos transmitir.

    Por otro lado, son cada vez más los grupos que están lanzándose a componer nuevas canciones para seguir esta estela y, también dentro de la Familia Marianista, hay ya gente poniéndose en la presencia de Dios para componer una música actual que refleje nuestro carisma, porque las formas cuentan y los jóvenes, como los mayores, sabemos distinguir lo bello de lo feo y Dios se manifiesta en la belleza.

  • A los jóvenes les motiva mucho ser ellos los que organicen las actividades, las sienten más suyas, motivan a otros a participar y facilitan mucho el desarrollo de la actividad. Sin duda esa responsabilidad les hace crecer. 

    Este deseo de preparación de las actividades hay que equilibrarlo con un plan concreto, unos contenidos de calidad y un itinerario, así como con la importancia de que no dejen de ser ellos, los jóvenes, los destinatarios de la actividad. Para eso, será bueno delegar aquellas partes que puedan asumir y hacer este trabajo con jóvenes con algo más de recorrido que ya hayan vivido otras actividades sin cargar con la responsabilidad.

    En este sentido, lo mejor será contar con un grupo de acompañantes con algo más de recorrido que, además de dar testimonio de su fe, asuman la responsabilidad de la actividad, tanto en su preparación como en su puesta en práctica y que poco a poco, algunos jóvenes se vayan incorporando a esta bolsa de acompañantes en la medida en que vayan viviendo este tipo de actividades.

  • En nuestras actividades especiales, también debemos hacer un esfuerzo por recuperar el valor de lo sagrado, marcando los signos y los tiempos, los espacios y los momentos de encuentro con Dios, haciéndolos explícitos, aunque nos parezca que los jóvenes que acuden, no están preparados para esa intensidad. 

    Tal vez otros jóvenes con una tradición y formación más estricta y centrada en las formas, son capaces de tener un encuentro con Dios más profundo porque han recibido las herramientas para ello. Si nosotros no damos nunca esta posibilidad, los jóvenes que se acerquen a la fe por nuestro carisma, nunca tendrán herramientas para llegar a ese encuentro profundo con Dios.

  • Desde hace algunos años vamos viendo como nuestros jóvenes se dejan tocar por las iniciativas de grupos como Hakuna y por los retiros Effetá. Ambas realidades nos pueden estar allanando el camino. Desde luego, podemos decir que, gracias a estos movimientos, la fe de nuestros monitores y de nuestros jóvenes en general, crece más que gracias a nuestras propias iniciativas y esto no debemos verlo como una amenaza sino como una gracia del Espíritu que actúa a través de la Iglesia y sus distintos carismas.

    En este sentido, no debemos reinventar lo que ya existe para competir. Más bien, debemos apoyar estas iniciativas como actividades de impacto para transformar a nuestros jóvenes y acompañarlos, desde nuestro carisma, antes y después de dicha experiencia en procesos posteriores, para que, si así lo desean, consoliden su fe en nuestras comunidades.

Guía de estilo Marianista